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Valles Románicos

6,5 Km - Moradillo de Sedano - Quintanaloma - Loma - Ermita de Santa Ana

 

  • RUTA A PIE
  • Sendero Señalizado: PR.C.BU–3
  • Época recomendable: todo el año.
  • Dificultad: baja.
  • Distancia y tiempo: 6,5 kilómetros y dos horas.
  • Mapas topográficos 1:25.000: nº: 135–III y 135– IV.

El río Moradillo y los arroyos que forman su cabecera han excavado en los bordes del páramo de Masa varios vallejos, profundos y serpenteantes, en los que se refugian unos tupidos bosques de quejigo y encina. El contraste entre esta vegetación y los desolados páramos protagoniza el recorrido.

En el señorial pueblo de Moradillo de Sedano y junto al panel indicador de la ruta —situado en la salida hacia Quintanaloma— parte un camino, a mano derecha de la carretera, por el que se inicia el recorrido. Tras cruzar un arroyo y pasar junto a una granja se llega a un cruce en el que hay que tomar la senda de la izquierda.

Sin ningún problema, ya que todas las bifurcaciones están perfectamente señalizadas por tablillas de madera o por las marcas de pintura de los senderos de Pequeño Recorrido (PR), el itinerario se interna en un cerrado vallejo cubierto por una espesa vegetación de quejigos y encinas. En esta zona no es raro sorprender el paso de algún corzo o contemplar las hozadas de los jabalíes.

Un suave ascenso permite al sendero alcanzar Quintanaloma. A la entrada de este pueblo, que domina los páramos circundantes, se localiza una bella fuente románica en la que se puede calmar la sed. Su caserío responde a la típica estructura de las localidades situadas en lo alto de los páramos y sus recias y cerradas casas de piedra muestran pequeños vanos para defenderse de los fríos y ventosos inviernos que reinan en la zona. En Quintanaloma se puede ver una antigua casa fortificada, de estilo gótico tardío, que luce una ventana embolada rematada por un escudo señorial.

Ermita de Santa Ana

La ruta prosigue por el camino que conduce hasta el abandonado pueblo de Loma. Todo el paisaje aparece presidido por la impresionante mole de la iglesia parroquial de Quintanaloma: una especie de faro que se alza sobre las parameras del entorno.

De Loma sólo quedan ruinas y calles cubiertas por la vegetación. El señalizado camino se acerca hasta las inmediaciones de un interesante enclave paisajístico presidido por la ermita de Santa Ana. Esta restaurada y sencilla construcción se levanta encima de un atrevido espolón rocoso que se abre sobre el profundo valle excavado por el arroyo de la Nogala. Entre la fauna presente en la zona destacan las aves rapaces —buitre leonado, alimoche, halcón peregrino y águila real— y las esteparias: alcaraván, terrera común, calandria, curruca tomillera, sisón, ortega y alondra de Dupont. Los mamíferos están representados por el majestuoso lobo ibérico. Para continuar la marcha es necesario descender hasta el fondo del cortado. Rodeado por un espeso bosque de quejigos, el camino pasa junto al manantial de Valdeperra y prosigue suavemente con dirección a Moradillo de Sedano. La ruta puede finalizar visitando la iglesia románica de este pueblo, que conserva un excepcional pórtico de finales del siglo XII.